Varios estudios de primer nivel lo habían señalado y ahora la Unión Europea lo confirma: los pesticidas son un riesgo para las abejas. En concreto, unos pesticidas neurotóxicos
relacionados con la nicotina llamados neonicotinoides, cuyo uso está
muy extendido en los campos de cultivo de todo el mundo. Algunos países
de Europa ya habían limitado su uso para no perjudicar a las abejas,
pero el informe presentado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) señala el camino para que la Comisión Europea actúe de algún modo contra estos insecticidas.
Tanto en Europa como en muchos otros
lugares la incidencia de estos plaguicidas en la salud de las abejas
lleva ya mucho tiempo siendo un motivo de preocupación. Países como Francia, Alemania e Italia
han restringido el uso de algunos de estos neonicotinoides porque
consideraban que era una amenaza real para las colmenas. En concreto, la
EFSA se ha centrado en tres productos (tiametoxam, imidacloprid y clotianidina),
evaluando sus efectos en determinados puntos de contacto con las
abejas, recomendando que se limite su uso en determinados cultivos,
semillas y escenarios. Por ejemplo, la autoridad europea considera inaceptable el uso de estos pesticidas sobre cultivos donde el polen y el néctar sean atractivos para las abejas.
En marzo de 2012, la revista Science ofreció evidencias
consistentes sobre los daños que estos pesticidas comunes podrían estar
causando. Dos estudios, conducidos en Francia y el Reino Unido,
relacionaban trazas de estos agentes pesticidas en néctar y polen de
flores con la disminución del tamaño de las colmenas y una grave merma
en la producción de reinas en colonias de abejas y abejorros. Tras la
publicación de estos trabajos, la Comisión Europea reclamó a la EFSA que estudiara los resultados
y ofreciera una evaluación sobre los riesgos de los neonicotinoides en
cuanto a su impacto en la salud de las abejas para poder dictaminar en
consecuencia. Aunque se esperaba para diciembre, el informe no ha estado
listo hasta hoy.
España sufre una media anual de bajas del 25%-30% de las abejas de las colmenas
Otro estudio, esta vez publicado en Nature,
ofreció nuevas claves en octubre para entender cómo perjudican estos
plaguicidas a las colonias de polinizadores. Los abejorros mueren el
doble al exponerse a una combinación de pesticidas
comunes como neonicotinoides y piretroides y ven mermada su capacidad
para la recoleción de alimentos, según este trabajo de la Universidad de
Londres. En muchos casos, las abejas intoxicadas mueren al regresar a
la colmena, pero en otros muchos los insecticidas provocan que la abeja
no sea siquiera capaz de volver al desorientarse.
Los insecticidas, una de las causas
Alrededor de un tercio de las abejas de
una colonia sale al campo a por comida y se expone a estos plaguicidas, y
su pérdida a veces daña mortalmente a las colmenas, muy estresadas por
culpa de otros factores como el clima, las enfermedades y la escasez de
alimento. El síndrome de despoblamiento de colmenas, que en España mata al 25%-30% de las abejas
cada año, es un problema multifactorial, y no sería responsabilidad
exclusiva de los pesticidas, ya que las sequías, la merma de superficie
verde, las especies invasoras y los patógenos como la varroa y la nosema
tienen su parte de culpa.
Es un grave problema, ya que en torno al
75%-85% de la producción de alimentos y de las especies de plantas
dependen de la labor polinizadora de las abejas. Un trabajo gratuito que
solo en España genera 3.000 millones de euros anuales en favor de la
agricultura. De ahí que el Gobierno español haya lanzado un programa
piloto de estudio del estado de las colonias que comenzó en otoño y que
pondrá la lupa en 200 explotaciones apícolas de todo el país. Antes, la UE había destinado 3,3 millones de euros para que los países miembros afectados realizaran las investigaciones pertinentes.
El síndrome de despoblamiento de las colmenas es un problema multifactorial y de escala global
Las empresas dedicadas a la producción
de estos insecticidas, como Bayer y Syngenta, ya tenían preparadas sus
respectivas notas de respuesta para el momento en que la EFSA hiciera
público su informe. Estas compañías consideran una victoria que la EFSA
no haya recomendado prohibir sus productos e insisten en los beneficios
que sus plaguicidas proporcionan para la eficiente producción de
alimentos. Se hacía público un cálculo que asegura que la prohibición de
estos pesticidas en la UE provocaría pérdidas de 17.000 millones de euros y la desaparición de 50.000 puestos de trabajo por el daño causado a la agricultura.
En ambos casos, las compañías consideran
que los principales responsables de la pérdida de abejas son las
enfermedades que las atacan y aseguran que el uso correcto y mesurado de
sus productos no es nocivo para las colmenas. “Utilizando la tecnología
de forma adecuada, no existe daño alguno sobre las poblaciones de
abejas y esta es la razón por la que muchos países de la Unión Europea
han seguido apoyando su uso”, dice Syngenta en una nota. Mientras
Francia prohíbe su uso, Reino Unido asegura que no provocan daño, y en EEUU siguen estudiando la materia. Con el informe de EFSA en la mano, el futuro de los neonicotinoides está en manos de la Comisión Europea.
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