ECOagricultor el 1 mayo, 2013
Hace aproximadamente 10 mil años
surgió la agricultura. Las semillas de los frutos silvestres
recolectadas por los primitivos, de manera improvisada germinaban
alrededores de las rusticas cavernas y cuevas donde habitaban. Este
fenómeno fue descubierta por las primitivas, o sea por las mujeres,
ellas se percataron que los granos de los frutos brotaban (germinaban)
después de cierto tiempo al ser tirado al intemperie. Las descubridoras
asumieron el papel de mantener y reproducir esas especies alimenticias.
Fenómeno similar
pasó con la domesticación de los animales, descubrieron que era mucho
menos trabajoso criar animales en los espacios de la comunidad, que
perseguir en la jungla.
Durante siglos la agricultura cumplía
el papel eminentemente de subsistencia de la humanidad. Con el proceso
evolutivo se iba descubriendo técnicas y ampliando las especies a ser
domesticada y el mejoramiento de las mismas.
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Al pasar del modo de producción
primitiva al modo de producción esclavista, la agricultura tomó otro
atributo que le fue cambiando su sentido. Con la aparición de la
propiedad privada y del dinero, siendo privatizado los excedentes y los
medios de producción, incluyendo los esclavos, la agricultura pasó a
jugar un papel fundamentalmente de acumulación.
En el modo de producción Feudal aún
más se fue fortaleciendo ese régimen de acumulación, en donde el señor
feudal, dueño de las tierras y más del 50% de los que producían en ella
los siervos. Éste cada vez tenía más poder hegemónico sobre las clases
dominadas (Siervos, campesinos y artesanos).
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Con el paso al modo de producción capitalista, con la hegemonía del
mercado, las materias primas, el alimento, pasó a ser mercancía y se
convirtió en una de los negocios más importante en la cadena dentro del
sistema. A partir del XVIII con la incipiente industrialización se van
aumentando los territorios sembrados. En el siglo XX hubo un avance
tecnológico en gran escala que posibilitó la mal llamada “Revolución Verde”que
se implementó con el discurso de acabar con el hambre en el mundo, sin
embargo, además de no solucionar ese problema deja grandes huellas
ecológicas y sociales, cuya consecuencia se siente en la actualidad.
Estas huellas ecológicas y sociales
van creciendo en sincronía con el avance de la ciencia positivista. Cabe
mencionar que tanto la industria química como también la fabricación de
las maquinarias utilizadas hoy en la agricultura deviene de las
actividades bélicas de la primera y segunda guerra mundial, como también
de otras guerras como la de Vietnam. Las grandes corporaciones
multinacionales fabricantes de bombas, armas y transporte de guerra,
lanzaron la mal llamada REVOLUCIÓN VERDE para seguir vendiendo sus
mercancías, en ese sentido, los tanques de guerras dejaron de cargar
coñones y empezaron a arrastrar arados y otros implementos, así también,
las bombas nitrogenadas pasó a ser fertilizantes nitrogenadas lo que
hoy llamamos tradicionalmente como urea, igualmente los productos
tóxicos como el DDT (Di cloro difenil tricloroetano, Fabricado por
Bayer) que se utilizaba para controlar los insectos que transmitían la
malaria, el paludismo, tifus y otras enfermedades a los soldados durante
la guerra, este producto pasó a ser insecticida, que hasta épocas
recientes se usaba en Venezuela, posteriormente fue prohibida por los
organismos internacionales por su alta potencial contaminante. Por
último, el agente naranja (2,4-D y 2,4,5-T , provisto por Monsanto)
utilizado por el ejército estadounidense para secar los frondosos
bosques que servía de fortaleza al ejército vietnamita, este producto
es lo que hoy día se utiliza como herbicida. Por eso muchos estudiosos
críticos los describen a la agricultura industrial como la continuidad
de la segunda guerra mundial.
El auge de acumulación no cesó con los
tractores y agrotóxicos, las multinacionales que controlan las
industrias mencionadas fueron creando nuevas tecnologías, sin duda, cada
vez más peligrosas para el medio ambiente y para la humanidad. Algunas
de estas tecnologías son los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) a
lo que tradicionalmente se le llaman transgénicos. Estos
organismos genéticamente modificados atentan directamente contra la
soberanía alimentaria de los pueblos y pone en peligro la salud de la
sociedad en general, por obviar el principio de precaución, el principio
de sostenibilidad del desarrollo, el principio de responsabilidad y
otros principios éticos.
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Con las tecnologías implementadas por
este modelo ya se siente globalmente el cambio climático, lo cual las
mismas multinacionales responsables de este flagelo dicen tener la
solución, desarrollando mecanismos de la geoingeniería.
Los procesos de la agricultura parten de las herramientas más
rudimentarias como la piedra, la madera y las manos, pasando por la
ingeniería mecánica, química y en la actualidad la ingeniería
genética y la geoingeniería que tiene que ver la manipulación y
modificación de la biósfera a las necesidades del capital.
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“La agricultura es el arte de cultivar, es un conjunto de técnicas
y saberes necesarios para obtener productos naturales aprovechables
para el hombre y para los animales con el objetivo principal de producir
alimentos para la humanidad”. La agricultura es más que una actividad
económica diseñada para producir un cultivo o para obtener el más alto
beneficio posible, la agricultura engloba una carga histórica que
contiene componentes culturales que va más allá de labrar la tierra o de
producir materia prima, la agricultura encierra identidades que ha sido
producto de la relación espiritual y material, directa e íntima de los
campesinos/as y aborígenes con la naturaleza dentro de su contexto
histórico geosocial. Queda claro que el modelo de la revolución verde no
es AGRICULTURA, sino que AGRONEGOCIO, no produce alimentos sino mercancías.
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Este resumen histórico del proceso de la agricultura nos permite
identificar el origen oscuro de la agricultura industrial (Agronegocio)
así también sus actores. Pero es importante resaltar que los sectores
indígenas y campesinos han tenido una resistencia histórica para
mantener un modelo paralelo contra hegemónico ante el modelo de
dominación. Mientras la agricultura toxica comercial contamina, destruye
y mata; la agricultura campesina alimenta, equilibra, da vida y resiste
a pesar de los ataques de la modernidad y la arremetida capitalista.
Adriano Muñoz Perez adriano.agroecologia@gmail.com Twitter: @adriecologia
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