viernes, 28 de diciembre de 2012

Muere la cigüeña Max, que ostentaba el récord de seguimiento remoto

28/12/2012
Internacional

Todos sus movimientos fueron estudiados, algo que
no se ha hecho con otro animal./@stock.xchng
REDACCIÓN
El Museo de Historia Natural de Friburgo (Suiza) ha confirmado este jueves el fallecimiento de la cigüeña Max a los trece años y medio de edad en Madrid tras recorrer más de 60.000 kilómetros con una baliza de seguimiento, por lo que ostentaba el récord mundial de animal vivo con un sistema de este tipo.
En concreto, el centro ha explicado que hace unos días constató que la baliza había transmitido la misma ubicación durante varias jornadas y que, además, mostraba una caída de la temperatura interna, así como que no había ningún movimiento.
Por ello, el museo se puso en contacto con la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), que desplazó un equipo al lugar. El ave se encontraba cerca de Rivas Vaciamadrid, según ha indicado en declaraciones a Europa Press uno de los integrantes del equipo, el coordinador del Área de Estudio y Seguimiento de Aves de la organización, Juan Carlos del Moral.
Allí, los ornitólogos se encontraron con los restos de la cigüeña y con la baliza, que todavía funcionaba. El ave había sido devorada por animales carroñeros, por lo que no se ha podido determinar la causa del fallecimiento, aunque no se descarta que se tratase de una muerte accidental porque Max apareció cerca de una línea eléctrica.
Max nació en mayo de 1999 en Avenches (Suiza) y, apenas dos meses después, en julio de ese año, se le instaló la baliza solar Argos. Desde entonces, todos sus movimientos fueron estudiados, algo que no se ha hecho con ningún otro animal durante tanto tiempo. Solía viajar entre 100 y 300 kilómetros diarios, aunque con vientos favorables podía llegar a recorrer 400 kilómetros y, excepcionalmente, más de 500 kilómetros por día. El ave pasó sus primeros ocho inviernos en Marruecos, pero luego optó por pasarlos en España, concretamente en Andalucía o cerca de Madrid.
En 2002, a la edad de tres años, anidó en lago de Constanza -situado entre Alemania, Austria y Suiza- y se comprobó que Max era una hembra. Cada año, tuvo una media de 2,8 crías frente a la media de las cigüeñas suizas de 1,7 crías por año, hasta un total de 31.
Gracias a su seguimiento, el Museo de Historia Natural de Friburgo ha podido conocer daros como el comienzo exacto de las rutas de migración, la duración y la velocidad de migración, el comienzo de la migración de retorno y los posibles cambios de comportamiento. El rastreo continúa con seis milanos reales.
Fuente: Redacción ambientum.com / EP

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