El descenso del número de abejas melíferas, las abejas de la miel,
se conoce desde hace 50 años. En 2011, un amplio estudio del Programa
de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destacaba la
aceleración mundial del problema en los últimos años.
Cerca de un 84% de los cultivos comerciales depende de la polinización de las abejas
En Europa, según el informe de Naciones Unidas, los países más afectados
son Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Holanda, España y Reino Unido.
En Estados Unidos, la pérdida de colonias de abejas les ha dejado desde
2004 con la menor capacidad polinizadora de los últimos 50 años. En este
país acuñaron el término "síndrome de despoblamiento de las colmenas"
para referirse a las pérdidas repentinas de sus colonias. Los
apicultores de lugares tan distantes como Asia o África informan de
situaciones similares desde hace años.
En España, Luis Pérez Ventosa, presidente de la Fundación Amigos de las
Abejas, señala que la situación es "dramática", como ocurre en algunas
comarcas de Galicia, donde las abejas casi han desaparecido. Según
Pérez, el problema puede ir a peor, "si bien algunos medios
sensacionalistas se pasan al relacionarlo con el fin del mundo y cosas
parecidas".
Un grave problema ecológico y económico
El problema es más importante de lo que parece si no se conoce a estos
insectos. Las abejas sirven para mucho más que hacer miel. Su papel como
polinizadoras es clave en la naturaleza y en la economía: Achim
Steiner, director ejecutivo del PNUMA, recuerda que de las cien especies
de cultivos que proporcionan el 90% de la comida mundial, más del 70%
se polinizan gracias a las abejas.
En Europa, cerca de un 84% de los cultivos vegetales comerciales y un
80% de las plantas en estado salvaje dependen de la polinización de las
abejas, según la Comisión Europea. La Unión Alemana de Apicultores
estima en 22.000 millones de euros anuales las ganancias que posibilitan
estos y otros insectos polinizadores.
¿Por qué desaparecen las abejas? Los científicos investigan desde hace
años la desaparición de las abejas y han detectado más de una docena de
factores negativos que inciden por separado o en conjunto ("efecto
cocktail"):
Insecticidas: dos recientes estudios publicados en la revista 'Science'
señalan que el uso extendido de los insecticidas neonicotinoides han
afectado de forma negativa a las colonias de abejas y abejorros. Estos
pesticidas, introducidos a principios de los años noventa del siglo
pasado, se han generalizado para el control de plagas en los cultivos de
todo el mundo.
Productos químicos: diversos estudios han demostrado que algunas
sustancias pueden afectar al sentido de la orientación, la memoria o el
metabolismo de las abejas.
Nosema Ceranae: la presencia de este hongo en las colmenas mata a las
abejas y favorece otros factores letales para estos insectos, como el
ácaro parásito Varroa. Así lo señalaba un estudio de la revista Applied
and Environmental Microbiology.
Parásitos: además del mencionado Varroa, otros parásitos, como un
pequeño escarabajo que daña las colmenas, causarían más daños que hace
décadas.
Contaminación del aire: reduce la potencia de los mensajes químicos que
emiten las flores y a las abejas y otros insectos les cuesta más
localizarlas, según un estudio de la revista Atmospheric Environment.
Sería un círculo vicioso: si no encuentran las flores no comen bien,
mientras que las flores no se reproducen al no polinizarse.
Cambio climático: podría agravar la situación de varias formas, como la
alteración en el tiempo de floración de las plantas o la cantidad y
época de lluvias, que afectaría a la cantidad y calidad del néctar.
Especies invasoras: abejas de otras regiones, como la africana o la
asiática, se han introducido en Estados Unidos y Europa,
respectivamente, y dañan a las especies autóctonas.
Campos electromagnéticos: las emisiones de postes eléctricos podrían confundir a las abejas. www.ecoportal.net
Muy interesante, todo esta conectado...
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